La creatividad es una actitud

“La creatividad es inventar, experimentar, crecer, asumir riesgos,
romper reglas, cometer errores y divertirse”,
MARY LOU COOK

¿Alguna de estas situaciones te refleja? ¿Desearías ser más creativo? ¿Intuyes que lo eres, pero no logras liberar tu creatividad en tus pinturas, esculturas, cuentos, poemas…? ¿Con frecuencia tienes ideas innovadoras y no eres capaz de concretarlas, de llevarlas al papel, la arcilla, la tela o el pentagrama? ¿A veces observas tu obra y ves mucha técnica? ¿Le falta la originalidad de tu sello?

Todas estas situaciones tienen un elemento en común, se llama “bloqueo”. No sólo nuestro arte pide creatividad, también nuestras vidas y eso exige liberarnos de las trabas que provienen de mandatos, rutinas, miedos… Disolver los bloqueos que obstaculizan nuestra creatividad, es esencial para ser una persona creativa, para convertimos en Seres Humanos Creativos.

La pregunta es ¿se puede enseñar a crear? Eso no se puede enseñar, pero sí se puede alentar a que cada uno se permita ser creativo, fluir con la creatividad que alberga pero se halla anudada. Porque todos nacemos y somos creativos.

Si nuestra creatividad está bloquea, debemos hacer una breve revisión de nuestra vida, los patrones de conducta que tenemos y nuestro carácter. Para hacer un diagnóstico, podemos recurrir a estas simples preguntas:

1. ¿Siempre actúo igual o me permito hacer cosas fuera de lo habitual?
2. ¿Tengo costumbres que no modifiqué en años?
3. ¿Me siento representado por este refrán: “Genio y figura hasta la sepultura”?
4. ¿La decoración de mi casa es “convencional” o tiene toques inusuales, originales?
5. ¿Me atrevo a vestirme de manera vanguardista o prefiero un estilo “clásico”?
6. ¿Me considero y/o me consideran “divertido” o serio?
7. ¿Acato las reglas, o cuestiono las normas…?
8. ¿Me divierte improvisar o me pone nervioso?
9. ¿Soy perfeccionista?
10. ¿Tengo miedo a hacer el ridículo?
11. ¿Puedo dar un discurso sin haberlo preparado, sabiendo que tengo la información y la experiencia para hacerlo bien?
12. ¿Habitualmente digo o pienso: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”?
13. ¿Tengo miedo a ser distinto o raro?
14. ¿Me gusta experimentar nuevas técnicas en mi obra?
15. ¿Me permito hacer algo que me sorprenda y sorprenda a otros?
16. ¿Cuánto me afectan las críticas? ¿Puedo discriminar entre las positivas y las negativas?
17. ¿Me animaría a hacer eso que siempre pensé que era una locura?
18. ¿Tengo la valentía para equivocarme y no reprocharme ni sentirme culpable?
19. ¿Cuento con la fortaleza para retomar el camino, luego de un traspié, enriquecido por esa experiencia?
20. ¿Tengo espacios lúdicos en mi vida?

Las respuestas nos ayudarán a tener un panorama de nuestro ser creativo, innovador, espontáneo, y el lugar que tiene la creatividad en nuestras vidas.

La creatividad es igual que un músculo, si se ejercita adquiere tonicidad y fuerza. ¡A ejercitarla, entonces! Lo ideal es empezar por simples y pequeños actos. Innovar en la ropa, el maquillaje o el peinado, redecorar un ambiente, anotarse en un taller de arte o escritura, aprender a tocar un instrumento, improvisar una cena con lo que hay en la heladera y la despensa…, esto nos dará flexibilidad y alimentará a nuestro artista.
¡Manos a la obra!!!

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